2 ago 2009

Cosas que no entiendo: se tiene que acostumbrar



Hace tiempo que no me veis el pelo, ¿eh? Seré que estoy de vacaciones Santillana… Andamos por zona costera. Verano, padres, madres e hijos de vacaciones y la oportunidad de disfrutar todos juntos.

Todo felicidad, sin prisas, sin deberes, sin trabajo, sin obligaciones de trabajo…
Sin embargo “en ocasiones veo muertos” y gracias a la afición de Jon de pasear playa arriba y playa abajo tengo la oportunidad de presenciar diversas escenas en las relaciones padres-hijos.

Sé que os dejo con el intríngulis, pero ya las explicaré otro día, que hoy no me apetece. Hoy me voy a centrar en un “se tiene que acostumbrar” que he oído estos días.

Os pongo en situación: niño de pocos meses, madre y agua. Bañito relajante con el niño. Jiji, jaja, mira qué bien se lo pasa y ploff! La cabeza del niño se sumerge misteriosamente dentro del agua.
Bueno, misteriosamente no, su madre se la ha metido porque claro, se tiene que acostumbrar.
Esta escena la he visto este año y la vi también el año pasado con otra madre y otro bebé.

¿Qué sentido tiene sumerger la cabeza de un bebé bajo el agua? Lo cierto es que no lo sé, pero todavía lo entiendo menos cuando la razón es “que se tiene que acostumbrar”.

¿Quizá va a ser nadador profesional? ¿Escafandrista? ¿Le van a tomar el pelo todos sus amigos haciéndole ahogadillas?

Y aunque así fuere, ¿tiene que acostumbrarse cuando tiene meses de edad?

No sé, cada cuál que haga lo que quiera, claro, pero es que no puedo entender la actuación ni el objetivo...


Sobre este mismo tema recuerdo un comentario de Carlos González en una de sus charlas:

"Un amigo mío trabajaba en la Warner disfrazado de Piolín. Un día me contó que estando trabajando avistó a una niña pequeña con su familia y se decidió a darle una agradable sorpresa (¡qué mejor momento que ver a Piolín ante ti!). El caso es que el intento fue un fracaso y la niña se echó a llorar asustadísima.
Pedí perdón como pude detrás de ese gran disfraz y me giré para alejarme de ellos cuando una mano tiró de mi hombro con decisión.
Era la madre de la niña llorosa que no me dejó marchar: "¡No! Se tiene que acostumbrar".
¿Se tiene que acostumbrar? ¿Se tiene que acostumbrar a ver a un pollo amarillo de casi dos metros de alto?"


Las carcajadas en la charla fueron multitudinarias. Los padres (y madres) son capaces de hacer tonterías impresionantes para que sus hijos se acostumbren a vete a saber qué...

Y la verdad, no lo entiendo.

16 comentarios:

Ileana Medina dijo...

Muy cierto.

Los padres tenemos un miedo absurdo a que los niños "se queden como están".

A que si no les enseñamos (a palos), o a que si no les acostumbramos (a palos) luego no van a aprender nada, ni a comer, ni a dormir, ni a nadar, ni a ver espectáculos de títeres.

No creemos que hay una maduración natural, creemos que hay que estar "enseñando" todo. Creemos que la misión de los padres es principalmente "enseñar" (y del modo conductista), cuando ha de ser principalmente amar, acompañar y ofrecer ejemplo, y de ahí vendrán solas las virtudes.

Que tenemos que "enseñarlos" a que "la vida es dura" y tienen que aprenderlo, siendo torturados por sus propios padres desde que son niños.

Al final, efectivamente, los convencemos de que la vida es dura, porque lo más duro que les ha pasado es precisamente lo que sus propios padres han hecho con ellos en su infancia.

Y todas las crueldades con las que se puedan tropezar serán aún peores, porque no llevan consigo las armas del amor que les permita enfrentarlas.

Un abrazo, y felices vacaciones!!!

Mamá de Lola dijo...

... Me acabas de dar una idea buenísima para un dibujo ;-)

Este asunto me recuerda a lo que se dice de los espartanos, que criaban a sus hijos en las condiciones más adversas para que "se acostumbraran" y hacer de ellos grandes y despiadados guerreros. Parece que de nuevo está de moda chinchar a los pobres chavales, no vaya a ser que salgan unos caprichosos y unos consentidos. Personalmente, creo que obligar a un niño a permanecer debajo del agua o a mirar a un pollo gigante con el fin de que les acabe gustando tendrá más bien el efecto contrario, pero no soy psicóloga, me lo dice el menos común de los sentidos.

Mamá de Lola dijo...

Por cierto, eso me recuerda a lo que mi tío (pediatra) les suelta a los bebés y a sus madres cuando los primeros lloran a grito pelado en su consulta:

- ¡Hay que acostumbrarse! ¡Esto es un valle de lágrimas!

y lo mejor

- ¡Todo el mundo paga hipoteca! ¡Aquí hemos venido a sufrir!

En fin, por supuesto yo a mi hija no se la llevo a él...

Estefania dijo...

No sólo no lo entiendo sino que lo odio. El último "tiene que acostumbrarse" me mató.

Era una madre que, durante el verano, "acostumbra" a su niña de dos años a despertarla a las 7 porque es la hora a la que va a tener que ir al colegio cuando empiece en septiembre.

Ella y la niña, ojerosas. Y, lo peor... porque se lo habían dicho!!!

Ella había comentado que su hija solía dormir hasta las 10 de la mañana y la recomendación fué esta, que todo el verano la despertara a las 7. A ella le hacía duelo despertarla tan pronto. Y encima ella también pasaba sueño y la niña estaba irritable durante el día.


... Estamos locos

Ileana Medina dijo...

Mamá de Lola, el ejemplo de los espartanos es muy bueno.

Los guerreros, los ejércitos, los dictadores y los manipuladores en masa saben que la mejor forma de convertir a los niños en futuros soldados autómatas es privarlos de afecto y de calor familiar en la infancia, y lo han hecho así a lo largo de la historia.

No porque se acostumbren. Que nadie se acostumbra.
Si no, porque el propio estado de privación en la infancia, les destruye la autoestima y los convierte en fieros guerreros o sumisos súbditos, que son dos formas de lo mismo.

Besos a todos!!!

Armandilio dijo...

Como dices Ileana, la historia se repite. La idea es crear seres infelices para que sean los futuros consumidores del mañana... sujetos sin capacidad de abtracción que acepten los mandatos de los seres superiores.

Estefania... pues ya son ganas de poner el despertador en verano...

Rocío Carmona dijo...

Mi hija tiene 6 meses y ya he tenido que escuchar muchos, la mayoría bienintencionados "es que se tiene que acostumbrar".
Me encanta ser madre y cuestionarme cada día tantas y tantas cosas que siempre di por supuestas :)

El Mundo de Ariadna dijo...

maravillosa entrada!!! gracias!

Ana dijo...

Es cierto que el "se tiene que acostumbrar" es odioso...
Pero yo sí lo de meterla debajo del agua lo he hecho unas cuantas veces, con suavidad y siempre que no llorara. Igualmente cada vez que la baño y desde recién nacida, dejo que el agua le caiga en la cara.
No ha llorado nunca y sí, está acostumbrada al agua y la disfruta, no como muchísimos otros que he visto que lloran nada más ver la piscina o la bañera, y cuando les lavan el pelo es una eterna lucha.
Tiene 13 meses y se baña sola en la piscina de los peques (sola en el sentido que no la estoy sujetando yo y con manguitos) y cuando se hunde cierra ojos y boca y no traga agua, es más, se ríe.
También donde cubre ella se queda flotando y meneando los pies, disfrutando del agua como todo el mundo.
Hay que ver como es que "se acostumbran" porque desde luego una cosa es dejar que cojan confianza con el agua y vean que aunque vayan abajo no pasa nada, y otra cosa es hundirles sin más aunque lloren porque por coj**** se tienen que acostumbrar...
¿Lo he hecho mal?

Desi dijo...

Pues a nosotros nos ronda un "se tiene que acostumbrar". La verdad es que lo estoy esperando con candeletas, para despacharme a gusto... y debe ser por eso que no llega.

Estamos de fiesta mayor. Anoche fue el castillo de fuegos artificiales, en la playa. Habíamos preparado pasar la noche en plan picnic en la playa: bocatas, picoteo y toallita para ver los fuegos cenando desde la playa.

Y tan pronto como se oyó el primer petardo, nuestra hija se tapó los ojos con una mano y una oreja con la otra y dijo: me da miedo, quiero ir a casa. Así que, sin más, desmontamos y recogimos la paradeta. Nos dijimos, mi marido y yo, que no era cuestión de traumatizar a nadie. Si a la nena le dan miedo los fuegos artificiales, no era plan hacerla entrar en shock. Recogimos, y nos fuimos hacia casa, nadando contra corriente (porque toda la marabunta bajaba hacia la playa), y tan pichis.

Cuando hoy hemos respondido a la pregunta "¿fuisteis a ver los fuegos?" y hemos dicho "fuimos, pero nos volvimos sin verlos porque a Àfrica no le gustan", la gente está siendo, de momento, muy respetuosa: "ah, pues otro año será". Pero estamos esperando a ver quién es el primero que nos dice que la niña tiene que acostumbrarse.

Armandilio dijo...

Ana, bien hecho? mal hecho?
No considero que esté bien ni que esté mal si tu niña realmente no lo ha pasado mal. Es simplemente que no entiendo la función... o dicho de otra manera, no veo la utilidad de meter la cabeza de un bebé bajo el agua.
Evidentemente habrá niños que disfruten aprendiéndolo y bañándose, pero creo que para la mayoría es una acción que tienen mucho tiempo por descubrir y que a mi modo de ver, les puede asustar más que divertir.

Desi, umm, no creo que nadie te diga que se tiene que acostumbrar a los petardos o a los fuegos, porque es una cosa puntual de una o dos veces al año, que hace mucho ruido y la gente entiende que a muchos niños les puede asustar.
Si fuera todas las noches del año, supongo que sí sería habitual que te dijeran que "se tiene que acostumbrar".

Thera dijo...

Pues me has hecho reír, es verdad, creo que estámos locos. No todos, por suerte. Esta reacción muchos la tienen cuando mi hijo, que no soporta ver a los 'gegants' y a los 'cabezuts', y si no quiere, lo pasa mal y se hecha a llorar pues nos retiramos y mas de una, sobretodo las abuelas, anda que el niño 'se tiene que acostumbrar'. ¿A qué? siempre me he preguntado. Tienes toda la razón. Ah!!! Y buen verano!

Alba dijo...

Bueno, la idea de lo de meter la cabeza bajo el agua se supone que es porque si algun día por lo que sea acaban bajo el agua accidentalmente no se asusten tanto que no puedan reaccionar. Tambien se supone que tener miedo a hundir la cabeza puede ser un problema cuando vayan a aprender a nadar.

Yo lo he hecho alguna vez (no ha llorado pero tampoco le ha gustado mucho) y empiezo a pensar que es una tontería... Creo que no lo haré más expresamente.

Cuando está en la piscina pequeña qe toca fondo la suelto, y si pierde el equilibrio no la cojo hasta que ha llegado a tener la cara en el agua, con esa idea de que vea que no pasa nada, y en esos casos siempre cuando la saco se está riendo, así que en esto sí seguiré igual. Si el acostumbrarse a algo le resulta agradable, ¿por qué no? PEro si no es agradable es otra cosa.

tari dijo...

a mi me pone negra tb esta frase y no se queda atrás la frase : "dale un beso" que normalmente suele ser darle un beso a una señora mayor y gorda que el niño no conoce.. y encima nos sentimos avergonzados (yo no) si no se lo da...
a veces se nos olvida que son niños y queremos hacerlos adultos desde el primer día.

Desi dijo...

Bueno, no es que sea un par de veces al año, Armando. Recuerda que estamos en una Colla de Diables, así que son bastantes más veces al año. Nosotros hemos optado por tomarnos una temporada sabática, fuera de la colla, porque no creemos que haya que forzar nada. Pero, ya verás, ya...

Beatriz Díaz dijo...

Por qué en ocasiones conviene decir "se tiene que acostumbrar" y sin embargo, en algo tan maravilloso como es tener a nuestros pequeños/as en los brazos nos dicen "no lo acostumbres"...qué gente tan sabia, no? jajajaja. Me ha encantado lo que has escrito, muy acertado.